DESDE ALEMANIA EL ECONOMISTA CHILENO Manfred MAX-Neef DICE: Necesitamos de nuevo economistas
cultos, que sepan historia, de dónde vienen, cómo se originaron las ideas,
quién hizo qué y así sucesivamente. Una economía que entienda que es subsistema
de un sistema finito más grande: la biosfera, y como consecuencia la
imposibilidad de tener un crecimiento económico infinito. Un sistema que tenga
claro que no puede funcionar sin tomar en serio los ecosistemas. Pero los
economistas no saben nada de ecosistemas, no saben nada de termodinámica, nada
de biodiversidad, son totalmente ignorantes.
Hace unas semanas, Amy Goodman
entrevistó en Bonn, Alemania al reconocido economista chileno Manfred Max-Neef.
Presentamos en este espacio la entrevista cuyo original en inglés se encuentra
en la página de Democracy Now a quien agradecemos el permiso de traducir esta
conversación. Manfred Max-Neef ganó en 1983 el Right Livelihood Award, dos años
después de haber publicado su libro Economía Descalza, Señales desde el Mundo
Invisible. El economista comienza por explicarnos el concepto de economía
descalza.
Manfred Max-Neef: Bueno, es una metáfora, pero es una metáfora que se
originó en una experiencia concreta. Yo trabajé alrededor de diez años de mi
vida en áreas de pobreza extrema en las sierras, en la jungla, en áreas urbanas
en distintas partes de Latinoamérica. Al comienzo de este periodo estaba un día
en una aldea indígena en la sierra de Perú, era un día horrible, había estado
lloviendo todo el tiempo. Era una zona muy pobre y frente a mí estaba otro
hombre parado en el lodo (no en el barrio pobre sino en el lodo). Y bueno, nos
miramos. Era de corta estatura, delgado, con hambre, desempleado, cinco hijos,
una esposa y una abuela. Yo era el refinado economista de Berkeley, que
enseñaba en Berkeley, etc. Nos mirábamos cara a cara y de pronto me di cuenta
de que no tenía nada coherente que decirle en esas circunstancias a este
hombre, que todo mi lenguaje de economista era inútil. ¿Debería decirle que se
pusiera feliz porque el producto interno bruto había subido un 5% o algo así
por el estilo?
Todo esto era completamente absurdo.
Entonces descubrí que no tenía un lenguaje para ese ambiente y que teníamos
que inventar un idioma nuevo. Ese es el origen de la metáfora economía descalza
que, en concreto, simboliza la economía que un economista debe usar cuando se
atreve a meterse en los barrios bajos. El punto es que los economistas estudian
y analizan la pobreza desde sus oficinas lujosas, poseen todas las estadísticas,
desarrollan todos los modelos y están convencidos de que saben todo lo que hay
que saber sobre la pobreza.
Pero ellos no entienden lo que es la pobreza, ese es el gran problema y es
también el motivo por el cual la pobreza aún existe. Esto cambió completamente
mi vida como economista: inventé un lenguaje coherente para esas condiciones de
vida.
Amy Goodman: ¿Y cuál es ese idioma? ¿Cómo aplicas un sistema económico o
haces que las circunstancias expliquen esos cambios?
Manfred Max-Neef: No, la cuestión es mucho más profunda. Es decir, no es
como la típica receta que te da alguien de tu país, en donde te dicen "le
garantizamos quince lecciones o la devolución de su dinero." Ese no es el
punto, te lo pongo de esta manera: hemos alcanzado un nivel en nuestra evolución
en el que sabemos muchas cosas, sabemos muchísimo pero entendemos muy poco.
Nunca en la historia de la humanidad ha habido tanta acumulación de
conocimiento como en los últimos cien años y mira cómo estamos. ¿Para qué nos
ha servido el conocimiento? La esencia está en que el conocimiento por sí mismo
no es suficiente, carecemos de entendimiento. La diferencia entre conocimiento
y entendimiento te la puedo explicar con un ejemplo: vamos a pensar que tú has
estudiado todo lo que puedes estudiar desde una perspectiva teológica,
sociológica, antropológica, biológica, inclusive bioquímica y sobre un fenómeno
humano llamado amor. El resultado es que tú sabrás todo sobre el amor, pero
tarde o temprano te vas a dar cuenta de que nunca entenderás el amor a menos de
que te enamores. ¿Qué significa esto? Que sólo puedes llegar a aspirar a
entender aquello de lo que llegas a formar parte.
Como dice la canción: si nos enamoramos, somos mucho más que dos. Cuando
perteneces, entiendes. Cuando estás separado, sólo acumulas conocimiento y esa
ha sido la función de la ciencia. Ahora bien, la ciencia se divide en partes
pero el entendimiento es completo, holístico, y eso es lo que sucede con la
pobreza.
Yo entendí la pobreza porque estuve allí; viví con ellos, comí con ellos y
dormí con ellos. Entonces comienzas a entender que en ese ambiente hay
distintos valores, y diferentes principios — comparados con los que existen
allí de donde tú provienes y te das cuenta de que puedes aprender cosas
fantásticas de la pobreza. Lo que he aprendido de los pobres supera lo que
aprendí en la universidad.
Pero pocas personas tienen esa oportunidad, ¿te das cuenta? Ellos ven la
pobreza desde afuera en lugar de vivirla desde adentro.
Aprendes cosas extraordinarias. Lo primero que aprendes y que los que
quieren mejorar el sistema de vida de los pobres no saben, es que dentro de la
pobreza hay mucha creatividad. No puedes ser un idiota si quieres sobrevivir,
cada minuto tienes que estar pensando, ¿Qué sigue? ¿Qué puedo hacer aquí? ¿Qué
es esto y lo otro y lo otro?.
Así que tu creatividad debe ser constante. Además, están los contactos, la
cooperación, la ayuda mutua y toda una gama de cosas extraordinarias que ya no
se encuentran nuestra sociedad dominante que es individualista, avara, egoísta,
etc. Totalmente lo opuesto de lo que tienes allá. Y es sorprendente porque a
veces llegas a encontrar gente más feliz entre los pobres que la que
encontrarías en tu propio ambiente. Lo que significa que la pobreza no sólo es
una cuestión de dinero. Es algo mucho más complejo.
Amy Goodman: ¿Qué crees que debamos cambiar?
Manfred Max-Neef: ¡Oh!, casi todo. Somos dramáticamente idiotas.
Actuamos sistemáticamente en contra de las evidencias que tenemos.
Sabemos exactamente qué no debemos hacer. No hay nadie que no sepa esto,
especialmente los grandes políticos saben exactamente lo que no se debe hacer.
Y aún así lo hacen. Después de lo que pasó en octubre del 2008, tú pensarías
que van a cambiar porque se han dado cuenta de que el modelo económico no
funciona, que incluso tiene un alto nivel de riesgo, dramáticamente riesgoso. Y
uno se pregunta:¿Cuál fue el resultado de la última reunión de la Comunidad
Europea? Ahora son más fundamentalistas que antes. De tal modo que lo único de
lo que se puede estar seguro es que ya viene la próxima crisis y que será el
doble de fuerte que la actual. Pero para entonces ya no habrá suficiente
dinero. Esas son las consecuencias de la sistemática estupidez humana.
Amy Goodman: Si tú estuvieras al frente de la economía ¿qué harías para
evitar otra catástrofe?
Manfred Max-Neef: Primero que nada, necesitamos de nuevo economistas
cultos, que sepan historia, de dónde vienen, cómo se originaron las ideas,
quién hizo qué y así sucesivamente. Lo segundo, una economía que entienda que es
subsistema de un sistema finito más grande: la biosfera, y como consecuencia la
imposibilidad de tener un crecimiento económico infinito. En tercer lugar, un
sistema que tenga claro que no puede funcionar sin tomar en serio los
ecosistemas. Pero los economistas no saben nada de ecosistemas, no saben nada
de termodinámica, nada de biodiversidad, son totalmente ignorantes respecto a
estos temas. Un economista debe tener claro que si los animales desaparecen, él
también desaparecerá porque entonces ya no habrá qué comer. Pero él no sabe que
dependemos totalmente de la naturaleza ¿te das cuenta? Sin embargo, para los
economistas de hoy en día la naturaleza es un subsistema de la economía,
concepto que es totalmente absurdo!.
Además debemos acercar el consumidor a la producción. Yo vivo bien al sur
de Chile, una zona fantástica donde tenemos toda la tecnología para la
elaboración de productos lácteos de máxima calidad. Hace unos meses estaba
desayunando en un hotel y al tomar un paquetito de mantequilla descubrí que
ésta venía de Nueva Zelanda, absurdo ¿no te parece? ¿Y por qué sucede una cosa
así? Porque los economistas no saben calcular los costos reales. Traer
mantequilla desde un lugar que queda a 20.000 kilómetros a un sitio donde se
produce la mejor, con el pretexto de que es más barato es una estupidez
monumental porque no tienen en cuenta el impacto que causan esos 20.000 km de
transporte sobre la naturaleza. Por si fuera poco, es más barata porque está
subsidiada.
Es un caso muy claro en el que los precios nunca dicen la verdad.
Todo tiene su truco ¿sabes? esas artimañas causan enormes daños. Si acercas
el consumo a la producción, comerás mejor, tendrás mejores alimentos y sabrás
de dónde vienen. Incluso podrías llegar a conocer a la persona que lo produce.
Se humaniza el proceso, pero hoy en día lo que los economistas hacen está
totalmente deshumanizado.
Amy Goodman: ¿No crees que la misma tierra nos forzará a actuar de
diferente modo? ¿Estaremos llegando al fin?
Manfred Max-Neef: Sí claro. Ya algunos científicos lo están diciendo pero
yo aún no he llegado a ese punto. Pero muchos lo creen y piensan que es
definitivo, que estamos fritos, que dentro de algunas décadas no habrá más
humanos. Yo no creo que hayamos llegado a ese punto, pero sí que estamos cerca
y diré que ya cruzamos el primero de los tres ríos. Y observa lo que está
pasando en todos lados, es alarmante cómo la cantidad de catástrofes ha ido
aumentando y se manifiesta en todas las formas: tormentas, terremotos,
erupciones volcánicas. El número de eventos crece dramáticamente, es
sobrecogedor y nosotros seguimos en las mismas.
Amy Goodman: ¿Qué has aprendido de las comunidades pobres en las que has
vivido y trabajado que te de esperanza?
Manfred Max-Neef: La solidaridad de la gente; el respeto por los otros; la
ayuda mutua; nada de avaricia, un valor inexistente dentro de la pobreza y uno
estaría inclinado a pensar que allí es donde más está presente, que la avaricia
debería ser patrimonio de los que menos tienen. No, todo lo contrario, mientras
más tienes más quieres, la crisis actual es producto de la avaricia. La
avaricia es el valor dominante del mundo actual. Mientras persista, estamos
acabados.
Amy Goodman: ¿Cuáles serían los principios que enseñarías a los jóvenes
economistas?
Manfred Max-Neef: Los principios de la economía deben estar fundamentados
en cinco postulados y un valor esencial.
Primero: la economía está para servir a las personas y no las personas para
servir a la economía.
Segundo: el desarrollo se refiere a las personas, no a las cosas.
Tercero: crecimiento no es lo mismo que desarrollo y el desarrollo no
necesariamente requiere de crecimiento.
Cuarto: no puede existir una economía con un ecosistema fallando.
Quinto: la economía es un subsistema de un sistema mayor y finito: la
biosfera. Por lo tanto, el crecimiento permanente es un imposible.
Y el valor fundamental para poder consolidar una nueva economía es que
ningún interés económico, bajo ninguna circunstancia, puede estar por encima de
la reverencia por la vida.
Amy Goodman: Explica lo que acabas de mencionar.
Manfred Max-Neef: Nada puede ser más importante que la vida. Y digo vida,
no seres humanos, porque para mí el punto clave es el milagro de la vida en
todas sus manifestaciones. Pero si predomina el interés económico, uno no sólo
se olvida de la vida y otros seres vivientes, termina también ignorando a los
seres humanos. Si recorres esta lista que acabo de mencionar, uno a uno, verás
que lo que tenemos ahora es exactamente lo contrario.
Amy Goodman: Volvamos al tercer punto, crecimiento y desarrollo y explícalo
mejor.
Manfred Max-Neef: Crecimiento es una acumulación cuantitativa. Desarrollo
es la liberación de posibilidades creativas. Todo sistema vivo de la naturaleza
crece y en cierto punto deja de crecer, tú ya no estás creciendo, ni él ni yo.
Pero continuamos desarrollándonos, de otro modo no estaríamos dialogando en
este momento. El desarrollo no tiene límites pero el crecimiento sí. Y este es
un concepto muy importante que políticos y economistas ignoran, están
obsesionados con el fetiche del crecimiento económico.
He trabajado durante décadas y en este tiempo se han hecho muchos estudios.
Soy el autor de una famosa hipótesis: la hipótesis del límite, que dice que en
toda sociedad hay un periodo de crecimiento económico —entendido
convencionalmente o no— que trae una mejora en la calidad de vida pero sólo
hasta cierto punto: el punto límite, a partir del cual, si hay más crecimiento,
la calidad de vida comienza a decaer. Esta es la situación en la que nos
encontramos actualmente.
Tu país es el ejemplo más dramático que puedes encontrar. En mi libro que
saldrá publicado el próximo mes en Inglaterra, titulado La economía
desenmascarada — hay un capítulo llamado "Estados Unidos, una nación en
vías de subdesarrollo" la cual es una nueva categoría. Actualmente
manejamos los conceptos de desarrollado, subdesarrollado y en vías desarrollo.
Ahora tenemos el nuevo concepto de en vías de subdesarrollo y tu país es el
mejor ejemplo, en el cual el 1% de los americanos cada vez están mejor, mejor y
mejor, mientras que el 99% va en decadencia en todo tipo de manifestaciones.
Hay personas que viven en sus autos, ¿sabes? ahora duermen en sus carros,
estacionados enfrente de la que fue su casa. Miles, millones de personas lo han
perdido todo. Pero los especuladores, los que crearon todo este problema, esos
están fantásticamente bien. Para ellos no hay problemas.
Amy Goodman: ¿Entonces, cómo cambiarías las cosas?
Manfred Max-Neef: Bueno, no sé cómo cambiarlas. Es decir, solitas van a
cambiar, pero de manera catastrófica. Para mí no sería raro que de un momento a
otro millones de personas salieran a las calles de Estados Unidos a causar
destrozos. No sé, pero podría suceder. No lo sé. La situación es absolutamente
dramática y se supone que es el país más poderoso de la tierra. Y aún en estas
condiciones, siguen con sus guerras absurdas gastando billones y trillones.
Trece trillones de dólares para los especuladores y ¡ni un centavo se fue para
las personas que perdieron sus casas! ¿Qué tipo de lógica es esa?