viernes, 10 de agosto de 2012

La solidaridad y la familia amortiguan la crisis española



Tres generaciones que podrían terminar viviendo juntas debido a la crisis.
"Hace tres años ni nos podíamos imaginar que España iba a pasar por esto", le dice a BBC Mundo Isabel Martín, de 67 años, sentada en el comedor de la casa que apenas una hora antes le estuvieron a punto de embargar a su hija, su yerno y sus dos nietos adolescentes.
Ella y su marido, Luis Nieto, de la misma edad, tienen vivienda propia, libre de deudas, y pueden afrontar los gastos cotidianos gracias a la pensión de 1.600 euros mensuales (unos US$2.000) que él recibe como jubilado por 32 años de trabajo en la Audiencia Nacional y en otros dos sitios.

Una pensión aventajada en comparación con el promedio español total de 804,96 euros al mes (US$976), pero también su único ingreso, porque ella no recibe prestaciones.
"Si mi mujer cobrara otra pensión, a esta situación no se hubiera llegado", lamenta Nieto. Habla del impago de la deuda hipotecaria de su hija María Luisa Nieto (40) y su yerno José Antonio González (43) –con dos hijos varones de 11 y 16 años–, los propietarios de esa casa en trámites de desalojo.
Uno de los 1,7 millones de hogares españoles con todos sus miembros desempleados, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).
La jubilación de los abuelos de esta familia ha sido muy útil para cubrir sus necesidades básicas, sobre todo la comida de los nietos, además de las pocas ventas de piezas de artesanía propias de María Luisa Nieto en mercadillos y ferias.
De ocurrir el desalojo –suspendido por un mes–, Isabel Martín se los llevará a casa con ellos, ahora que uno de sus otros tres hijos acaba de quedarse también sin empleo.

Dependencia

Propietarios pero desempleados

24,63% de la población activa (más de 5,6 millones de personas) está desempleada, más del doble que 2008
84% de familias españolas tienen vivienda propia
Fuente: INE
Más de 422 mil hogares españoles –cerca del 3% de los 17 millones del total– dependen de los pensionados, según el Consejo Económico y Social, órgano consultivo del Gobierno. Las cifras, del primer trimestre de 2012, crecieron 21,7% con relación al mismo periodo de 2011.
Isabel Martín conoce al menos cuatro casos parecidos: su sobrina en Barcelona, que con su marido sacó a su suegro de la residencia para completar ingresos con su jubilación, y tres vecinos de su condominio en Madrid, algunos de los cuales viven de la pensión por viudez de una mujer, de solo 500 euros al mes (US$608).
"Esto no lo había visto nunca", reitera.
En ese nunca abarca los años de las cartillas de racionamiento de la postguerra de su infancia y las crisis económicas de las décadas de los años 80 y 90.
"Había trabajo, y si tenías trabajo, aunque no ganabas mucho, salías adelante haciendo muchas horas; ayudabas a los padres y te ayudabas ti. Ahora los mayores tenemos que ayudar a los hijos con las pensiones".

De todo a nada

Tres años atrás, apenas, con la crisis incipiente, la siguiente generación, los González Nieto, pagaban de dos en dos las cuotas de su deuda hipotecaria, 3.000 euros juntos en un mes (casi US$ 3800).
Podían vacacionar cada año en el norte del país, comprar muebles y hacer gastos secundarios sin escatimar. Sobraban el trabajo y los ingresos regulares, aunque sin la protección de un contrato indefinido: ella era agente de seguros autónoma; él había montado su propia compañía de jardinería y se bastaba con los encargos de Guadalix de la Sierra, donde viven, un municipio acomodado de unos 6.000 habitantes, a 50 kilómetros de Madrid.
El matrimonio compró esta vivienda en 2006, por poco más de 300.000 euros (alrededor de US$380.000), tras la venta del apartamento de recién casados y de otra casa pequeña de la sierra. Les quedaba el resto de la hipoteca.

Embargos

En 2011
Bancos nacionales efectuaron 159 desahucios por día
58.241 expedientes de desalojo fueron procesados por los juzgados, 22% más que en 2010
Entre 2008 y 2011
150.000 familias perdieron sus casas en embargos
Fuentes: INE y Consejo General del Poder Judicial
Hasta que se vino todo abajo en 2010.
"Mi oficina está prácticamente cerrada porque no hay volumen de trabajo", cuenta con lágrimas María Luisa Nieto, sentada con su madre en el comedor.
"El trabajo de José Antonio comenzó a caer. Ahora muchas fincas (condominios) no pueden ni contratar el mantenimiento de piscinas ni el jardinero. Hemos ido cada vez a menos, a nada", señala, en conversación con BBC Mundo.
El matrimonio le pidió al banco el pago fraccionado de las cuotas, pero recibió un no por respuesta. Tomaron entonces la determinación de seguir honrando los 1.500 euros (US$1.860) mensuales, "sabiendo que después no íbamos a poder pagar". No pudieron: tres mensualidades acumuladas y les llegó la notificación de desahucio.
"Entre el banco y dar de comer a mis hijos, pues no hay lugar a dudas".
Aunque como trabajadores autónomos pagaron impuestos y sus cotizaciones a la Seguridad Social, no reciben ayuda alguna del Estado.
Son parte de ese 34,9% de españoles desempleados sin ninguna prestación, según cifras oficiales.
Solicitaron un abogado de oficio y ayudas económicas a las instituciones públicas, pero se las han negado o no les han respondido, agrega ella. Sólo la alcaldía de Guadalix les ofreció dinero en caso de que lo necesitaran para un alquiler. El embargo es todavía una amenaza.

Como una piña

"En España la familia siempre ha actuado como una especie de estado de bienestar, que en este país es bastante reciente, que se ha desarrollado apenas desde la mitad de los años 90, sobre todo desde el 2000. Antes era pequeño en comparación con otros países de Europa central", le explica a BBC Mundo Andrés Rodríguez Pose, investigador de la rama de Ciencias Sociales del Instituto Madrileño de Estudios Avanzados (IMDEA) y profesor de la London School of Economics.
Familia González Nieto
Hasta hace poco, los González nieto tenían trabajo, casa y hasta vacaciones.
Para Narciso Michavila, presidente de GAD3, una consultora de investigación sociológica, la familia amortigua la crisis y ayuda a redistribuir los ingresos, y por eso cree que la conmoción será menor.
"Ahora hay más pensionistas con mayor pensión, con pensiones revalorizadas un 50% (teniendo en cuenta el IPC)". Por eso y porque ve un cambio de comportamiento en los hogares, anticipa "un repliegue hacia lo doméstico".
Los padres de María Luisa recuerdan esa la solidaridad familiar y de amigos en los años precarios de su niñez. Y, sobre todo en el campo, la gente comía con lo que sembraba en los huertos y con lo que producían sus animales. "Y entre todos repartíamos, como una piña".
"Donde no llega el Estado, llega la solidaridad", agrega Javier Polavieja, investigador experto en sociología económica también del IMDEA.

Estudio de la Cruz Roja de Cataluña

22,1% de abuelos encuestados han tenido que ayudar a la familia.
60% de ellos con dinero
14% con comida o productos básicos
12% acogiendo a un pariente en casa.
Fecha del estudio: julio de 2012
El acompañamiento de vecinos y amigos ha sido, para esta pareja, una familia extendida. Esa mañana un centenar de personas, entre vecinos y voluntarios de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), protestaron en el portal de la casa, y eso ayudó a suspender el desahucio.
Desde su creación en 2011, la sucursal de esta ONG en Madrid ha logrado detener 97 desalojos con manifestaciones similares, afirman sus voceros.
Michavila dice que esta forma de reaccionar está en la cultura mediterránea "no calvinista", católica. "Para mal y para bien, el calvinismo produce más desarrollo pero muchísima menos solidaridad".
Estima que la generación de los españoles más jóvenes "va a salir como una generación de la postguerra", en términos de conocer las carencias. "Ellos tienen ya la palabra crisis muy asumida".
Para los miembros de la familia González Nieto, las salidas a la crisis pasarían por la emigración, una soluciónal estilo de Islandia, la devolución de todo el dinero perdido en las entidades financieras y la inyección de recursos a las pequeñas empresas. De lo contrario, no ven un desenlace cercano.
Tampoco lo ven varios de los expertos consultados por BBC Mundo, como Polavieja, para quien la solución no está clara hasta que haya una integración política y bancaria en Europa.
Narciso Michavila es optimista: "Hasta el año 93, España tuvo tasas de paro similares a las de ahora. Hemos vivido muy bien sólo 15 años. Ahora, aunque hay mucha gente pasándolo peor que hace cinco años y la situación es mala para los parados, estamos mejor que hace 20, porque la mujer se incorporó al mercado laboral".
Michavila además confía en la respuesta ciudadana como vía de escape. "Las familias empezaron a hacer los recortes en 2008. La salida viene por el comportamiento de los ciudadanos, que están demostrando siempre ser más responsables que los líderes. Esto es un problema de financiación, pero si dependiera sólo de las familias españolas esto se arreglaba rápido".

“LA ECONOMÍA SOLIDARIA ES UNA ALTERNATIVA A LA CRISIS DEL CAPITALISMO


En la edición julio de la revista Paraninfo de la UNL (Universidad Nacional del Litoral - Santa Fe - Argentina) salió publicada una entrevista realizada a Antonio Cruz, docente brasileño que brindó una conferencia en la FCE (Facultad de Ciencias Económicas).
Antonio Cruz, docente de la Universidad Nacional de Pelotas, Brasil, visitó la FCE para dictar una conferencia sobre “Dinámica de la Economía Solidaria”. Aseguró que la cooperación y la autogestión son herramientas claves para lograr políticas de inclusión social que sean exitosas en el mercado.
“Los emprendimientos económicos asociativos son mucho más añejos que el capitalismo, pero en la actual etapa de crisis económica mundial, la economía solidaria vuelve a presentarse como una alternativa para generar políticas de inclusión social”. Para Antonio Cruz, docente de la Universidad Nacional de Pelotas, Brasil, la novedad es que actualmente se presenta como alternativa también en los países del primer mundo, no sólo en los periféricos.
Este académico brasileño respondió a la invitación de Secretaría de Extensión, la FCE y la cátedra de Economía Social y Solidaria de la UNL y dictó una conferencia sobre “Dinámica de la Economía Solidaria. La diferencia de la igualdad” en mayo. A partir de lazos de cooperación técnica sobre la problemática de la economía solidaria entre la UNL y la de Pelotas, y afianzados en el comité académico de Cooperativismo de la Asociación de Universidades Grupo Montevideo, Cruz disertó sobre estas relaciones económicas que hoy por hoy se presentan como una de las cartas disponibles para lograr mayor inclusión social y aportar a la mejora de la calidad de vida de la población.
Distingue a la economía social de la solidaria, pues afirma que conceptualmente “son distintas, aunque muy cercanas. La economía social reúne todo lo que no siendo economía pública o privada, produce relaciones económicas basadas en valores sociales, como cooperación, mutualidades, incluso las relaciones sindicales tanto como las políticas públicas forman parte de ella. Sin duda es una discusión, una polémica conceptual –aseguró Cruz–. La economía solidaria, desde mi mirada, es algo más estrecho, más angosto, pues tiene que ver con procesos en los que la cooperación, la solidaridad y la autogestión son la tónica fundamental de emprendimientos económicos que están en el mercado pero que hacia adentro funcionan a partir de relaciones económicas de igualdad”.
Dinámica propia
El académico brasileño define que estos emprendimientos se construyen bajo relaciones sociales totalmente distintas de las relaciones sociales productivas convencionales. Entonces se pregunta: ¿cómo lograr que emprendimientos de este tipo sean capaces de sobrevivir en el mercado?, y complejiza el interrogante al caracterizar las condiciones actuales de un mercado oligopólico donde unas pocas empresas son capaces de liderar gran parte del mercado mundial. “La dinámica de la economía solidaria trabaja justamente con esta aparente paradoja que es la posibilidad de que emprendimientos cooperativos y asociativos sean capaces de mantenerse activos y actuantes en un mercado oligopólico”, conceptualizó Cruz.
--¿Cómo convive este sistema de economía solidaria con el actual modelo económico global?
--Esta contradicción es interesantísima porque en la medida en que camina el modelo actual, la economía se concentra en los capitales, la riqueza, en los ingresos, y por otra parte produce exclusión, desempleo, miseria y pobreza de todas las formas posibles.Justamente en la medida en que camina el sistema y se va concentrando, la gente que se queda afuera está obligada a constituir formas alternativas de sobrevivencia económica y éstas formas pueden ser de distintos tipos.
Uno es la asociación, la cooperación, la capacidad de la gente pobre de juntarse, de salir adelante, para mejorar su situación económica, de asociarse para salir adelante en el mercado. De esta aparente paradoja, entre la lógica del modelo y la exclusión que genera otros modelos, en esta dinámica se va produciendo un conjunto importante de creaciones, de innovaciones sociales, estos emprendimientos se van constituyendo en el camino y permiten a la gente quedarse en el mercado. Un ejemplo: sin duda, un socio propietario de un emprendimiento que lo es junto a pares, tiene una capacidad de creación y de trabajo, una motivación mucho más grande que si es un empleado o asalariado. Esta es una de las ventajas de un emprendimiento solidario frente a los convencionales.
--¿La autogestión es la clave?
--Es la autogestión, la solidaridad y la cooperación, pero el conocimiento y el trabajo duro también son claves de esta capacidad dinámica para que se sostengan estos emprendimientos en el mercado.
--¿Qué rol juegan las universidades para impulsar este sistema?
Encuentro dos paradojas. Mientras la Universidad persigue investigar y producir innovaciones, sus producciones, en su gran mayoría, se quedan atrapadas en las bibliotecas, fundamentalmente porque las grandes empresas tienen sus propios centros de investigación y de desarrollo, de innovación. Así que la gente en la Universidad aprende a investigar e innovar pero en general su trabajo no se hace concreto en la sociedad. Por otra parte, existe un conjunto enorme de emprendimientos que necesitan de la innovación y la tecnología para poder ganar mercados, pero no pueden acceder porque no tienen los medios económicos fundamentales para esto.
Entonces, en la medida en que somos capaces de acercar la Universidad a los emprendimientos solidarios, y en la medida que la Universidad aprende de esta realidad y los emprendedores aprenden el conocimiento que se produce en la Universidad, este matrimonio es muy feliz porque le permite a las instituciones de Educación Superior recomponer su carácter social y dar un carácter concreto a las investigaciones. A la vez se brinda a los emprendimientos mayor capacidad de mantenerse en el mercado, de producir más, de generar empleos e ingresos y mejorar el nivel de vida de la gente de manera general.
Historia de larga data
Antonio Cruz asegura que los emprendimientos económicos asociativos son mucho más viejos que el sistema capitalista, enumera que las comunas campesinas o la formación de tribus indoamericanas tenían mucho que ver con la autogestión y solidaridad.
Relata que “la evolución histórica que nos trajo al modelo de producción heterónomo que es el capitalismo, de alguna manera nos presenta la idea de que esto es muy novedoso, pero no es verdad, porque las formas cooperativas existieron mucho antes del capitalismo y siguieron existiendo desde siempre bajo el capitalismo”.
Sin embargo, plantea, el cooperativismo del siglo XIX se armó en una coyuntura distinta. “Se pensaba en tener una sociedad mejor que la del capitalismo mientras éste recién estaba naciendo. Pero la emergencia de la economía solidaria en los años 90 del siglo pasado tiene infelizmente otro carácter. Esa emergencia tiene que ver, simplemente, con que la gente no podía incluirse en el sistema. No se trataba de que estuvieran pensando en lograr algo mejor, porque estás obligado a cooperar porque no hay otra alternativa. Estas dos cosas se mezclan en este proceso histórico: la necesidad económica de encontrar alternativas y al mismo tiempo la construcción de valores sociales distintos que proyectan una mirada para un futuro”.
--¿Brasil es un ejemplo en cuanto a economía solidaria?
--Aun cuando Brasil tiene un desarrollo importante, éste es un fenómeno que hasta ahora era típicamente propio de los países periféricos, si vas a India, a Senegal, Bangladesh, Sudáfrica, Ecuador, Argentina o Brasil, vas a encontrar miles de emprendimientos de economía solidaria.
Lo que me parece muy interesante es que ahora la economía solidaria vuelve a tomar impulso en los países centrales y esto por supuesto tiene que ver con la crisis económica mundial.
Entonces, se puede decir que cuando el capitalismo entra en crisis la economía solidaria se presenta como una alternativa, aunque esta dinámica sea absolutamente contradictoria porque para que los emprendimientos solidarios puedan sobrevivir bajo una crisis del mercado capitalista, su capacidad de actuación debe ser redoblada.
El capitalismo también impone una crisis a los emprendimientos individuales aunque la economía solidaria como conjunto se presente como alternativa.

viernes, 3 de agosto de 2012

¿Y si la solución de la crisis económica es dejar de crecer?


La City de Londres uno de los núcleos de las finanzas internacionales.

No importa el tamaño, hay que centrarse en la calidad. Siempre ha sido un buen consejo cuando se quiere escoger una fruta, sin embargo, ahora algunos expertos defienden que debería ser nuestro lema económico.

Dicen que nuestra obsesión con el Producto Interno Bruto (PIB) y el crecimiento amenazan un desastre ambiental. O, como el economista RobertSkidelsky sostiene en un libro que acaba de escribir con su hijo Edward, nos está distrayendo de lo que realmente importa: vivir bien.

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Skidelsky, profesor emérito de la Universidad de Warwick en Inglaterra, no es el único que ve la crisis financiera global como una oportunidad para hacer balance de la forma en que hemos organizado nuestra sociedad y, tal vez, repensar nuestra fijación por el crecimiento económico.

Algunos lectores que me escriben piensan que los periodistas económicos deberían ser más imparciales sobre el tema y no tratar a cada aumento del PIB como una buena noticia.

Para muchos, los años previos a la crisis podrían haberse visto como una edad de oro pero, ante la situación actual, no parece que ahora piensen lo mismo.

Incluso entonces había millones de familias donde ninguno de sus miembros tenía trabajo y millones de personas que trabajaban más horas de las que les gustaría.

Nos preocupaba que la gente corría a endeudarse para comprar cosas que realmente no podían pagar y ya entonces hablábamos de lo apretada que estaba la clase media.

Muchos también nos mostramos inquietos por los enormes salarios que acumulaban algunos y que derivaron en grandes desequilibrios que.

Quizá el discurso más extendido -defendido incluso por reputados economistas como MervynKing, GeorgeOsborne o EdMiliband- dice que tenemos que salir de esta crisis con un tipo diferente de economía, más equilibrada y menos vulnerable a las crisis.

¿Qué sucedería si también tuviéramos que tener un enfoque diferente para el crecimiento económico?

Calidad vs cantidadCameronHepburn, economista del LondonSchoolofEconomics (LSE), está a favor de un enfoque orientado a la calidad del crecimiento que insertaría la "sostenibilidad" en el corazón de nuestro futuro económico.
Es un argumento familiar que se suele asociar a grupos ecologistas. La idea de la existencia de "límites naturales" de crecimiento era un gran tema de debate en la década de 1970.

Para Skidelsky el crecimiento nos distrae de lo fundamental: llevar una buena vida.

Pero en el caso de Skidelsky, sus ambiciones son mucho más grandes. De hecho, en su libro es muy crítico con la posición de los ambientalistas.

"El punto es dejar de pensar que no tenemos que maximizar nada, tanto si se trata de cierto grado de "felicidad" o del PIB, y empezar a centrarse en cómo vivir"

Robert Skidelsky

Él y su hijo subrayan que centrarse en la felicidad en lugar del crecimiento económico es "simplemente sustituir un ídolo falso con otro".

El punto es dejar de pensar que no tenemos que maximizar nada, tanto si se trata de cierto grado de "felicidad" o del PIB, y empezar a centrarse en cómo vivir.

Para el analista, debemos volver a aprender la diferencia entre lo que necesitamos para tener una buena vida y, lo que queremos.

Entre otras medidas, Skidelsky considera que la reducción de jornada laboral, un aumento de los impuestos sobre el consumo y menos publicidad podrían proporcionar una manera de conseguirlo.

También propone que todos los ciudadanos reciban una pequeña "renta básica" para que tengan la seguridad financiera de perseguir sus talentos, incluso si esos talentos no son muy lucrativos.

La propuesta ha existido desde hace mucho tiempo y a veces se le ha llamado impuesto negativo sobre la renta.

No se ha implementado en el pasado y, seguramente, muchas personas se preguntarán si es el momento adecuado de aplicarla cuando la gente está más enojada que nunca con quienes se aprovecharon del Estado de bienestar. Incluso en el improbable caso de que los gobiernos tuviesen dinero extra para gastar.